Jerónimo de Ayanz y Beaumount nació en 1553 en el reino de Navarra. Era hijo de miembros de las familias más ilustres del reino teniendo relaciones lejanas de parentesco con la realeza navarra.
En 1567 a sus catorce años fue enviado a la corte de Madrid para servir como paje real. Esto fue posible debido a que su padre tenía relación con Felipe II. El rey dispuso que el ayo de pajes supervisara la formación del joven y durante los cuatro años que sirvió en la corte recibió la más amplia y exquisita educación sobresaliendo en los estudios y sobre todo sorprendiendo por su fuerza física.
En 1571 Ayanz decidió emprender la carrera militar con el objetivo de ascender de posición y labrarse un nombre. Sus logros y victorias no pasaron desapercibidos pues varios hombres de letras de renombre como el cronista Luis Zapata o el dramaturgo Lope de Vega ensalzaron sus logros. Algunas de sus acciones militares fueron la defensa de la Goleta, varias batallas en Flandes, y en 1583 reveló un atentado en Lisboa contra el recién coronado rey Felipe I (II de España).
Sus éxitos militares le permitieron convertirse en caballero de la Orden de Calatrava por deseos del monarca, permitiéndole de esta forma una posición social muy privilegiada.
La posición que había adquirido Jerónimo por sus méritos lo convirtió en un partido deseado por las familias nobiliarias más importantes. En 1584 contrajo matrimonio con la noble murciana Blanca de Ávalos, quien murió de forma temprana sin darle descendencia por lo que contrajo segundas nupcias con su hermana Luisa de Ávalos con la que sí tuvo descendencia, sin embargo, sus cuatro hijos morirían de enfermedad de forma temprana.
En 1597 el antiguo administrador general de las minas del reino había muerto por lo que Jerónimo ocupó su puesto por deseos del rey. Su trabajo consistió en la supervisión de la explotación de las minas del reino llegando a visitar alrededor de 500. Ayanz pudo observar una serie de problemas en las minas que llevaban a aumentar el coste de la explotación. Así, ideó una serie de soluciones que facilitaran la obtención de los metales lo que le llevaría a desarrollar invenciones como el eyector de vapor.
Este ingenio, precursor de lo que se conocería como la máquina de vapor en la revolución industrial, fue patentado en septiembre de 1606 y los diseños originales se encuentran en el Archivo de Simancas. El sistema de producción de vapor, llamada “bola de fuego”, consistía en una esfera de cobre de una vara colocada sobre un hornillo semiesférico en el que se producía una llama que salía por unos conductos y envolvía la esfera aprovechando de esa forma todo el calor posible. La esfera estaba llena de agua que acababa hirviendo y la presión generada en el interior hacía que el vapor se moviera por un tubo que acababa en un “pico de cigüeña” (denominación de Ayanz).
Los planos que se pueden encontrar en los archivos se encuentran minuciosamente detallados, debido al interés de Ayanz por dejar constancia sus investigaciones y hallazgos, por lo que es posible reconstruir el instrumento en la actualidad.
En agosto de 1602 el rey Felipe III (nuevo mecenas de Ayanz) aprueba la realización de un experimento para comprobar la funcionalidad de uno de sus inventos, el traje de buzo. Este traje fue diseñado de forma que garantizase la hermeticidad del interior y evitar así la hipotermia. El ensayo se produjo en el río Pisuerga delante de la corte durando alrededor de una hora hasta que el rey determinó que había sido suficiente. El hombre sobrevivió habiendo realizado la inmersión más larga del mundo hasta la fecha. Ayanz esperaba emplear este traje para rescatar tesoros hundidos y ayudar en la recolección de perlas, sin embargo el invento no tuvo el reconocimiento que esperaba.
Otros inventos que desarrolló y patentó Ayanz fue un submarino primitivo que podía sumergirse por aguas superficiales (no pudo resolver el tema del incremento de presión a bajas profundidades), una desalinizadora de agua perfeccionada en comparación con las que había en la época, una balanza que permitía calcular la masa de objetos ligeros con una gran precisión, nuevos tipos de hornos de fundición que aprovechaban el calor para mejorar su rendimiento y bombas de agua para achicar barcos entre otras invenciones.
Ayanz no solo realizó una gran labor de investigación en el campo de la ciencia, sino que como polifacético que era también desarrolló una gran actividad en el ámbito artístico. Respecto a la pintura poseía una gran habilidad en el dibujo lo que le permitió elaborar detallados bocetos de sus ingenios siendo reconocido por el pintor Pacheco, suegro de Velázquez. También poseía dotes para la música y el canto, habiendo realizado numerosas composiciones.
Felipe III encargó a dos doctos de su corte la evaluación de los 48 inventos patentados por Ayanz realizando un informe favorable a sus investigaciones, sin embargo el rey no poseía mucho interés en los avances tecnológicos por lo que no recibió la suficiente financiación por parte del estado. A una edad avanzada y sin descendencia intentó fundar diversas compañías para la explotación minera muriendo finalmente en 1613.
Imagen 1: Retrato de Jerónimo de Ayanz y Beaumont. Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, Eulogia Merle. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Jer%C3%B3nimo_de_Ayanz_y_Beaumont#/media/Archivo:Jer%C3%B3nimo_de_Ayanz_y_Beaumont_(MUNCYT,_Eulogia_Merle).jpg
Imagen 2: Detalle de la página 14 del ensayo de Jerónimo de Ayanz y Beaumont sobre la máquina de vapor. Biblioteca Nacional de España. Fuente: https://dbe.rah.es/biografias/19072/jeronimo-de-ayanz-y-beaumont
Imagen 3: Buzo dibujado por Pedro de Ledesma en 1623. Museo Naval. Fuente: https://www.abc.es/cultura/libros/abci-jeronimo-ayanz-inventor-maquina-vapor-201809160249_noticia.htmlBibliografía:
Eugenio, R., (diciembre de 2013), "Jerónimo de Ayanz, el gran olvidado de su cuarto centenario", Técnica Industrial 304, 86-88.
García, N., (2001), Un inventor navarro, Jerónimo de Ayanz y Beaumont: (1553 - 1613), Pamplona: Departamento de Educación y Cultura.
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